Meditaciones o Pensamientos para mí mismo

Descripción

  • Marco Aurelio escribe para sí mismo.
  • Son notas o hypomnémata. Traducidas literalmente: sobre sí mismo y a sí mismo.
  • Es un discurso para el sí mismo, completamente íntimo. El discurso hacia el otro puede convertirse en banal, impersonal, sin sentido o edulcorado.
  • Escribía en el día a día.
  • Es una obra extraña. No es una autobiografía y no se ha escrito nada similar… hasta la obra de Pascal que, quizás, se le parezca… y no se ha escrito nada más de este tipo.
  • La finalidad de la escritura para sí:
    • Tener un momento de paz, un momento filosófico.
    • Poder ir adecuando las máximas al momento, teniendo en cuenta la problemática en la que esté.
    • La escritura le permite un momento de conversión, de mística, filosófico, y seguir encarnando.
    • Es un ejercicio de presencia, dialógico ante uno mismo.
    • Es un ejercicio de honestidad.
    • Las meditaciones quieren ser un contacto con el verdadero yo, por eso son muchas veces un neti-neti o un ejercicio de desvelo de aquello que no soy.
    • Son recordatorios, puesto que los principios estoicos (los dogmas) es algo que se puede perder.
    • Los dogmas corren el riesgo de morir, de olvidarse, si no encendemos el recordatorio constantemente a través del ejercicio de escritura.
    • Tiene por finalidad, las 3 finalidades estoicas que marcan una determinada actitud en los tres niveles: cuerpo, emoción, cabeza.
      • Actuar con justicia ante y con los otros hombres.
      • Aceptar con serenidad los acontecimientos.
      • Pensar con rectitud y serenidad.
      • Leer: Arriano, Epicteto, Disertaciones I, 3, I: Constantemente y en todas partes depende de ti complacerte con piedad (es una aceptación con compasión hacia uno mismo) en la presente conjunción de los acontecimientos, conducirte con justicia respecto a los hombres presentes, aplicar a la representación interior que tienes en este momento las reglas de discernimiento a fin de que nada que sea objetivo se filtre a ti.
  • Por eso, las páginas no están hechas para releerse, sino para continuar siendo reescritas.
  • El ejercicio de escritura también permite la aparición de la experiencia, es decir, que aquello que se escriba percuta en lo emocional, mental y corporal, por más que se desvanezca al cabo de poco tiempo.
  • Se trata de despertar continuamente un estado interior, de poner en orden un discurso interior.
  • Un filósofo en la Antigüedad:
                  • Es aquel que practica una vida filosófica.
                  • La filosofía no consiste en dormir en lugares duros o escribir, sino en enderezar el propio carácter.

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