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Únete aquíCuanto más lejos situemos el objeto que nos ocupa, sea este la iluminación o cualquier otro, más
podremos hablar de él, filosofar entorno, venerar, engrandecer, hacer como que conocemos y
sabemos algo. Esto es, precisamente, lo que mejor hace el ego: pretende y crea separación,
engrandece y empequeñece; dualiza.
Sobre todas las cosas, al ego le interesa crear separación en el Ser, algo que es verdaderamente
imposible y sólo una ilusión en la que creemos para mantener una idea de identidad bajo las garras
del miedo. El miedo del ego a desaparecer, a ser desenmascarado. Y es que sólo es eso, una máscara,
una forma prestada.
En realidad, la iluminación no puede ser un objeto o un concepto, no puede estar lejos ni cerca, ya
que es el estado natural del Ser, nuestro estado natural, donde sujeto y objeto se funden. Es la
realidad que sustenta y da origen a todo. Es el SENTIR la conexión y la Unidad del Universo,
manifestado y no-manifestado.