
Nacho Bañeras
Fundador de Cura sui
Coordinador y director de la Formación en Cura sui Filosofía Aplicada.
Licenciado en Derecho (URV).
Licenciado en Filosofía (UB).
Máster en pensamiento contemporaneo (UB).
Doctor en Filosofía (UB).
Acompañante filosófico - Cura sui.
Terapeuta Gestalt (ETGB y AETG).
Tutor en el Practicum de la facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona.
Profesor de Yoga y Meditación (habilitado por el Consell Català de l'Esport).
Actual presidente de la Associació de Filosofia Pràctica de Catalunya (AFPC).
Formador de acompañantes en Cura sui y en Filosofía Aplicada.
Colaborador en diversas revistas de ámbito filosófico.
Autor de los libros:
- La práctica del Cura sui, Ed. Alfar, Sevilla, 2012.
- Umbrales de evasión, Ed. Siníndice, Logroño, 2013.
- La cura de sí o el cuidado filosófico. Ed. Icaria, Barcelona, 2016.
- El acompañamiento filosófico. Ed. Comanegra, Barcelona, 2017.
Colaborador en:
- Filosofía y espacios sociales. Ed. Visión Libros, Madrid, 2011.
elementos, ideas, emociones o prejuicios que nos conforman y nos dan forma. Este magma nos permite ser sujetos y, a la vez, nos sujeta a una cosmovisión compleja que implica una determinada manera de ver y vivir el mundo. Aquello que posibilita nuestro ser también nos confiere un espacio limitado y, a lo largo de nuestra vida, tenemos la posibilidad de desenroscar esa madeja para conocernos y distanciarnos de lo que nos sujeta.
A través de nuestras experiencias cotidianas, podemos darnos cuenta de todo aquello que hacemos y sus motivos. Nuestra propia experiencia nos invita, continuamente, a hacer un camino hacia nosotros mismos (qué queremos, cómo afrontamos la enfermedad y la muerte, qué no queremos, cómo amamos, qué sentido nos damos, etc.) y es este camino el que me parece un regalo recorrer.
Cura sui ha sido mi forma de hacerlo, dando cada vez más espacio a esta actitud de cuidado, de sabernos (de saberme) vulnerables y, en el fondo, de poder contactar con esa zona insondable del quiénes somos que nos abre a un misterio común, muy cercano a la metáfora de sabernos cuencos vacíos.
La filosofía como camino de desvelo, aplicado a nosotros y a través del cuidado, es el sendero que recorro y propongo.