Dice la verdad quien dice sombra.

En el trabajo de autoconocimiento, es imprescindible la tarea de dar cuenta de la sombra de cada uno, de la dimensión de nuestra personalidad o identidad que generalmente no valoramos o que no queremos mostrar(nos).
Es necesaria esta mirada en el abismo para poner integrar aquello que somos, poniendo luz a nuestra dimensión negada. Deshilachándola, podremos entender que está construida por una incapacidad en sostener el deseo y en un rechazo del miedo que tienen su origen en nuestra propia historia y entorno.
Aquel que se gira hacia sí mismo encuentra, además, la propia humildad, la mirada cálida de saberse vulnerable gracias al reflejo de su propia sombra. Por eso, dice la verdad quien dice sombra.
Celan nos parece una inspiración.
Habla también tú
Habla también tú sé el último en hablar, di tu decir.
Habla
Pero no separes el No del Sí.
Y da a tu decir sentido:
dale sombra.
Dale sombra bastante,
dale toda la que
sabes repartida en rededor de ti entre
la medianoche, el mediodía y la medianoche.
Mira alrededor:
ve cómo en torno todo se hace vivo
¡En la muerte!¡Viviente!
Dice la verdad quien dice sombra.
Pero se estrecha ahora el lugar donde estás:
¿Adónde irás ahora, despojado de sombra, adónde?
Asciende. Tantea hacia arriba.
Te haces más sutil, más irreconocible, más fino.
Más fino: un hilo
por el que quiere descender la estrella
para nadar hondo, en el fondo,
donde ella se ve brillar: sobre móviles dunas
de palabras errantes.
Habla también tú, P. Celan.